Manual: De nerd y/o inseguro, a un hombre culto y con personalidad

Manual: De nerd y/o inseguro, a un hombre culto y con personalidad

martes, 21 de junio de 2011

PACTO

No me oigas, es más ni siquiera me mires; te va a dar miedo, es algo así como una novela de King o cuentos de terror de Garfield, pero tengo que decirle a alguien que conocí al diablo. Dirás que eso pasaba en la Edad Media con sus quemas de brujas cuando el diablo andaba entre nosotros. Pues no. Se presentó a mi puerta el muy descarado con la forma del repartidor de pizza porque al querer darle la propina la rechazó, ahí lo descubrí, no era de entrada el demonio con cuernos que nos venden en la tele: flaco, alto, enjuto, me hubiera gustado que se hubiera llamado Demián, pero ahora que recuerdo ese es el nombre de su hijo; como quiera que sea el gafete decía Juan, o Pedro o Pablo, algún nombre corriente como el mío. Cuando no me aceptó la propina le miré los ojos y le encontré las pezuñas.
-No quiero tu dinero, quiero tu alma, invítame a pasar.
Dicen que el diablo es astuto pero en esos momentos no lo creí, pudo mejorar, hacerlo bien, terrorífico pues, ¿y me sale con la jalada de “no quiero tu dinero quiero tu alma”? Pendejo. Tantos siglos asechando en la tierra y no ha aprendido nada, o a lo mejor era lo que necesitaba para engañar a un ingenuo como yo. Vale pues, algo va a ofrecerme, bucks, nenas, fama, rock ΄n΄roll. Entrando al depa se transformó, de repente ya no era el repartidor feo porque dicen que el diablo no es feo ni tonto, sino todo lo contrario. Total que ya estaba en mi casa un tipo como Tom Cruise o Ian Somerhalder o ya que está de moda Robert Pattison en fachas cool, osea que si entraba alguien podía tener pinta de amigo me lo quedé viendo descaradamente, si yo hubiera sido mujer ya me lo hubiera llevado a mi cuarto así sin más y me valía que fuera Don Luci.
.Tengo aspecto de hombre porque si me presento como mujer se te embota la cabeza y eso es trampa para firmar un contrato.
Joder, este tío venía tremendo, le tenía que importar bastantito mi alma para andar leyéndome el pensamiento, y mira que mis pensamientos no andan en orden, te metes a mi cabeza y ves pura porquería, aunque no todo es de mi propiedad, el diablo tiene buen marketing, osea, ya lo había comprado antes de verle la jeta de actorcillo de Hollywood. Pero luego pensé ¿y porqué no habría de seducirme y hacer trampa si él es quien la inventó?
-Porque quiero que te pierdas tú solo. Así el Llaves ya no te recibe.
Andaba en mi mente segurísimo, yo armando una pachanga en conjeturas mentales y viene éste a responderme en voz alta. Osea que quería que yo me fuera a pique solo, entonces era cierto lo que decían, Don Luci es listillo el condenadillo, viaje sin regreso al infierno. Perfectirijillo.
-¿El Llaves?-me imagine los apodos de san Pedro.
-Sí, el de allá arriba, el Juez. Pensé que eras más inteligente por la asociación de palabras.
Me humilló, y que quieres, soy orgulloso, ¿quería jugar? Pues juego.
-Así me gusta, que seas dócil.
Sonrió malvadísimamente como ya saboreándose la victoria; eso me repunteó el hígado, bueno no sé si la palabra repuntear exista pero yo lo digo como algo que te puntea y te puntea hasta que te jode y éste se burlaba de mi orgullo
-Te tengo un trabajito, una cosita de nada, hay una nenita en Birmingham que sigue siendo virgencita.
-¿Nada mas eso? Para eso no necesitas que te firme nada, ponle unos violadores y con eso basta.
Nada más de decir eso me sentí mal, a fin de cuentas Don Luci me daba un poquitín de miedo, pero no por desvirgar a alguien compro un boleto sin retorno a la ciudad de nuestro señor Sata, eso se hace gratis.
-No es cualquier mocosita te advierto, la nenita es hetaira.
Ahí estaba el problema, una mujer difícil de alguna manera cede, pero lo que más me gustaba y se me hacía raro en Luci es que era culto el buen mozo y no decía groserías a comparación mía, ¿sino porque crees que te estoy contando esto ahorita? Por pinche grosero.
-Ahora va a resultar como el de la puta tan fea que murió virgen.
-Algo hay de eso, nada más que esta no es nada fea.
-¿Y de que viene el trato? ¿Qué me vas a dar a cambio? Porque te hago lo que sea, nomás llégame a la tasa de interés.
-Dime que quieres.
-Dime primero que debo hacer. Que tal si te pido las perlas de la corona y resulta que tengo que hacer bajezas.
-Ya te habías tardado en ponerte listo, pues muy fácil, te infiltras entre sus amigas, trabajas con ella, y ya con eso me la tienes empaquetada para recibirla por la puerta de atrás.
Osea que las meretrices se van al infierno, y yo que pensaba que iban al cielo por hacer obras de caridad.
-¿Cómo que trabajo con ella? ¿Me le encimo de a fuerza?
-No seas tonto, eso lo hace cualquiera. Voy a darte ciertas cosas para que te conviertas en mujer y seas su compañera para malinfluerciarla, luego serás hombre otra vez y con eso cae.
-¿Travestirme yo? Para eso tiene a sus compañeras pirujas, yo no me meto en eso.
-Dijiste que harías lo que sea con tal de llegarte al precio. En el fondo tienes algo de mesalina.
¿Cómo replicar a mi mismo?
-Okei, te salgo barato si quieres, vivir hasta los 150 para ver el nuevo siglo con el mismo aspecto que tengo, que nunca se me acabe el dinero, conocer a los rockeros famosos como Cerati, Keith Richards, Paul McCartney, Bob Dylan y hasta Bono junto con otros astros, y las mujeres más guapas y sexys.
-¿Amor no pides?
-No, a menos que me salve de ti.
-Imposible, esa es una cláusula en el contrato, “no redención posible con amor verdadero o misericordia divina”
Perro mundo, hasta Luci recurre a la letra pequeña, ¿cuántos abogados corruptos tendrá allá abajo?
-¿Dónde firmo?
Imbécil, pécora, rata de alcantarilla podrida, cucaracha escupida, bastardo traidor, ¿qué me costaba no firmar? Una vida tranquila y a lo mejor las meretrices de United Kingdom pasaban como bala perdida y yo ni enterado a menos que la necesidad apremie. Firme con mi sangre ¿qué tonto no crees? Pero fue con al sangre de mi frente y no con la de mis dedos porque como dijo Luci, le importa más mi mente que lo que haga con mis manos que no es poco.
Luego me dio una serie de paletas, como las de cajeta, unas para hacerme mujer y otras para hacerme hombre; total que me llevó a Birmingham en tren, que para que pensara bien lo que tenía que hacer, o más bien para que le diera tiempo a él de decirme todo su plan, osea todo un chorizo de instrucciones, pero tenía que hacer caso. Cuando llegamos entramos a un baño, y me encerró en uno de los cubículos, tuve la mala sensación de que me iba a hacer algo, como quitarme un dedo o marcarme como vaca, pero en lugar de eso se transformó a tal y como le lo imaginaba, altísimo, dos metros o tal vez más, su piel estaba como quemada, tenía patas de macho cabrío como extremidades y cuernos afiladísimos, de una sola embestida podía ensartarme en uno y aún podía bajarme a través de ellos como Vlad el Empalador, el rostro era el más horrible que haya visto, para ser el más hermoso de los ángeles ahora no lo parecía.
-Te doy gusto-habló con voz de trueno-todo el camino no parabas de pensar en eso, y aquí me tienes, habla bien de mi.
Me dio una bofetada y desapareció apestando a azufre…y a mí tirado en el piso del baño. Me encontró un tío como de mi edad que me veía como idiota, pero de lo que no me acordaba era que antes de entrar al baño Luci me obligó a comerme una de las paletas, así que ahora estaba en el piso una versión mía pero femenina, por eso me veía raro el tío ese.
-¿Tiene algo señorita? ¿Está bien?
Me levante en chinga, y cuando me vi en el espejo había una versión femenina mía, porque ya era mujer, para que te des cuenta de lo rápido que me acomodé a mi nueva condición, imagínate a una pobre muchachita de veinte años tirada y sin saber que onda en el baño de hombres con un tipo que me llevaría cerca de cinco años ¿qué sucede? Pues se la lleva a su casa angustiada e inocente aceptando dinero para que se compre ropa la pobrecita (como mi ropa ya no me quedaba tuve que decir que mi novio me forzó y me escapé con su ropa) para después invitarla a comer. Nada más piénsalo; lo que si no preví fue que al tipo ese le gustara, como mujer digo, porque como hombre de entrada ya le hubiera caído mal, nada más con ver sus ojos posarse sobre mis pechos (que feo se oye en mi, mis pechos) con la ropa de niña nice que me compró, así que cuando intentó besarme me levanté bien mamón y me fui. Como el tipo éste tuvo la precaución de llenarme la bolsita de money tomé un taxi y le pedí que me llevara a la dirección que me dio Don Luci que resultó ser una pensionita, chiquita y mugrosita, bueno tú la conoces mejor que yo, cuando toqué la puerta y me abriste, el alma se me fue a los pies, ya no sabía si cumplir el encargo de tu jefe el Sata o quedarme ahí esperando el castigo por andar dejándome convencer, aunque de todas formas iba a ir a parar al infierno, sólo que si me iba con Luci, iba a sufrir más.
Seguramente te dio lástima la cara de pendejete que puse porque sonreíste y me hiciste sentir peor. Pensaba, no mames, ésta mujer es un ángel bajado del cielo y por mi pinche avaricia la voy a mandar al agujero; pero después me cachó Don Luci en la movida porque me mandó un pensamiento nefasto: primero fíjate si vale la pena rajarse, no me vaya a salir una mujer sin entrañas que no afloja porque se siente una archiduquesa entre tantas zorras.
Como recordarás solté mi historia ensayada en el tren: que no tenía dinero, que no sabía que hacer y las arañas. Cuando me dijiste que ese camino no era para mí porque estaba muy guapa y parecía modelo, quise echarme a llorar, en cuanto te vi supe que no habías escogido el camino de la calle nomás por calentona sino por necesidad como muchas. Pendejo de mí. Apenas pagabas la renta con manoseos, pensé ¿Qué me costaba no firmar? Pero ni modo, ya estaba jodido; me sentía entre la espada y la pared, no quería hacer enojar al de allá abajo, pero tampoco te quería mandar para allá de a gratis, me quedaba mandar al carajo el contrato y así ni él ni yo ganábamos y sólo me restaría esperar el veredicto del señor juez. Me recordaba a cuando esperaba con terror la firma de boletas sabiendo de antemano que tenía algunos seises y un cinco siendo como era estudiante modelo.
No sabrás el horror o la pena que pasé cuando me puse la ropa que mostraba mis carnes con el frío que hacía la primera noche tremendas repercusiones en el top. Tomé la resolución de sólo dar la probada como tú, pero antes siquiera del primer cliente al poner el pie en el boulevard Luci volvió con el mismo disfraz.
-No te conocía tan pío. Mira que desertar en la primera noche y con lo guapo que te pusiste.
-¿No hay punto medio en el contrato? ¿Ni tú ni yo?
-Haría una excepción por ser tú, pero no, o gano yo o gano yo.
-Vale pues, llévame ya entonces, ponerme siquiera esta ropa y salir ya es pecado.
-No puedo, todavía traes el cordón umbilical en la misma forma que antes tenía yo. Pero cuando cumplas tu parte vendré por ti y ni idea tendrás a quien enviaré pero él te reconocerá aún cuando estés como mujer, porque por tu carita no será.
Se largó el ojete dejándome del color de la pared, bueno de esa pared no porque estaba hollinada, pero imagínate la pared de la casa de locos ¿verdad que tenía cara de muerto? Si de por si soy blanco con esa amenaza quedé como vampiro hambriento, pero eso significaba que Luci ya no estaba siendo tan amable y que estaba encabronadísimo conmigo, moderadamente of course, pero su cortesía era una manera de mantener distancia para evitarse confiancitas y si preguntas que cuál cordón umbilical, éste no podía ser otro que mi queridísimo ángel de la guarda y claro, a Luci le ha de haber repunteado hasta la punta del cuerno verse en el espejo del tiempo, no me vayas a decir que las mujeres no hacen su mohína cuando ven a alguien más joven, por eso en parte son hijas del tío Sata.
Las noches siguientes fueron horrendas, no, peor que horrendas, imagínate a una cucaracha saliendo de un excremento de vaca ¿verdad que da asco y hasta volteas la cara? Pues eso era sólo una pizquita de mis noches, mientras tú seguías en tu estado de maría, yo andaba con cada pinche Horny que se le ocurrían atroces versiones de los libros indios eróticos o con algún sádico que le daba por pegarme y hasta traía atuendo y todo el rollo, pero eso no era lo peor, ¿te imaginas lesbiana? (dejando aparte esa vez) ¿verdad que no? Pues así estaba yo, queriendo vomitar con cada vejete de nalgas aguadas siendo yo joven y además hombre. A veces me tocaban mujeres, desviadas, pero eran menos y yo sin arma, me daban ganas de echarle el guante a las paletas pero todavía no cumplía mi cometido y ya habían pasado una semana llena de asquerosidades; y no iba a soportar otra, primero me iba al infierno lo cual era una ironía porque ahí iba a parar de todos modos.
Fue cuando llegó ese día, volví de la calle y te estabas cambiando, me quedé paralizado tu torso estaba sin más abrigo que tus cabellos y te percataste de mi cara de horny girl porque te tapaste, pero yo ya no tenía de donde agarrarme y ¡pas! Me solté, disculpa que al principio te lo haya hecho pasar mal, pero ya no me pude aguantar y supe que también me querías a tu manera porque me correspondiste el beso pero evitaste lo demás, hubieras visto tu cara cuando tomé una de las paletas y me mostré tal cual era, has de haber pensado que yo podía ser Don Luci porque gritaste mucho y me golpeaste ¿te acuerdas? Ya después medio zanjada la cuestión que quedó clara hasta hoy hiciste justo lo que el tío Sata y yo queríamos (por ese orden) dejar de ser sólo María y empezar a ser más como María Magdalena . Nunca pasé noche más exquisita que esa, y pensaba: por más noches como ésta obedecer a Luci no será tan difícil ¿y qué crees? que desde ese día todo empezó a ir mejorcito, me llovían libras de todos los lugares quien sabe como, una vez andaba de paseo y que me encuentro a Paul McCartney así sin escolta ni nada, otro, me encontré a Keith Richards y en el peor de mis días me encontré a Bono podían ser espejismos, pero eran espejismos muy reales y no me quejé; le seguiría con la lista pero son tantos rockstar que temo aburrirte. Tus compañeras pirujas andaban tras de mi, y algunas otras que hasta eran modelos me rogaban, algo que en mi cerda vida me había pasado ¿pero para que las quería a ellas si ya te tenía a ti? Que fue lo único que no le pedí a Luci y llegó solito. Después de pensar esto me quedé de una pieza, se me hizo raro que de la nada me llegara el amor sin haberlo pedido, a menos que Dios me quisiera demasiado a pesar de renegar de Él como para mandarte a ti. Esa debió ser una señal, pero yo pendejo como estaba babeando por ti, no hice mucho caso a ésta reflexiones: si Don Luci no me había prometido amor y ya no era hijo de Dios entonces no me querías bien o algo tramabas; de alguna parte me llegaban las voces de mis preceptores curas, serpientes, manzanas, encarnaciones de Dalila, criaturas abominables hijas de Don Sata y quien sabe que más, pero como te dije, hice oídos sordos ¿cómo iba a saber quien eras tú?
Todas estas dudas se arreglaron en una noche, en un momento, ya había pasado un mes en el que te habías deshecho de tu honra en mi cuerpo y te estabas volviendo experta o al menos eso creía yo, cuando en pleno show llegó Don Luci a leerme la cartilla. Aguafiestas cabrón, dije, y ahí me jodí. Vi que pusiste cara de sorpresa y de miedo, yo pensaba que era por haber visto al Sata aparecer en lo más bueno del espectáculo ¿que estúpido no? Pensar que sólo conmigo hacía tratos el pendejete este. No le digas lo que dije. En eso veo que buscas debajo de la cama y sacas un puñalito muy bonito y me lo clavas llorando. Me dolió un montón aunque no haya gritado, me sentí como pavo en navidad tomado por sorpresa para trinchar; fue un dolor horrible, y sentí que mi interior se iba para abajo, me entró un frío tremendo y cerré los ojos.
Desperté en un lugar sin temperatura, desnudito y apendejado, vi a un tío alto junto a mi que me miraba con lástima y tristeza, nada más con verle los ojos supe que era mi ángel y dije, madres, si éste me está viendo así es porque ya chafié, y dicho y hecho, me dijo bien solemne aunque no le vi abrir los labios, no tienes derecho a juicio. Te vas directo.
Me sentí solitito, y abandonado, vaya con el ángel, ese si era un caballero. Empecé a gimotear como marica, me sentía estafado sin saber porqué, Luci no me dijo que me iban a matar.
-Ah, ¿no te lo dije?-me preguntó bien quitado de la pena y yo con ganas de partirle el hocico al cabrón.- Es que a ella también le prometí mucho porque ya se había cansado de putear.
-Rewind… ¿qué no era virgen?
-¿Y me creíste? De verás te pensé listo.
Soltó una carcajada malévola y me estremecí de miedo.
-Ya era putita, me pidió amor y se lo dí, sólo que tenía que matar al tipo con quien se acostara y cuando yo me apareciera dijera aguafiestas cabrón
¿Ves porqué te digo que estoy aquí por pinche grosero?
- Tú me pediste dinero, rockeros, mujeres y te los dí ¿qué más querías? Ahora me toca cobrar.
Maldito cabrón, hasta ahora saca el cobre, pensé, eso no me lo dijo ni yo lo leí en el contrato, hubiera contratado a un abogado aunque sea del Poli para lidiar con ese hijoputa traidor.

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